En medio de la creciente inflación de Nigeria, las familias de todo el país están lidiando con el creciente costo de la educación.
Las tasas escolares han aumentado drásticamente, lo que ha dejado a muchos padres luchando por mantenerse al día.
Para Emeka Udeagu, un padre con hijos en escuelas secundarias y primarias, la carga financiera se ha vuelto casi insoportable.
Los honorarios de su hijo mayor se han disparado a 1,2 millones de naira, mientras que los de su hijo menor se han duplicado de 200.000 naira a 400.000 naira. A pesar de estos fuertes aumentos, los ingresos de Udeagu han permanecido estancados, lo que lo obligó a hacer importantes sacrificios sólo para poder pagar la educación de sus hijos.
El aumento de la inflación afecta las tasas escolares
Esta situación es un reflejo de los desafíos económicos más amplios que enfrentan las familias nigerianas, a medida que la inflación continúa erosionando el poder adquisitivo, lo que deja a muchos padres preocupados sobre cómo se las arreglarán durante el próximo período escolar.
La cuestión del aumento de las matrículas escolares no es nueva en Nigeria, pero se ha visto exacerbada por el clima económico actual. Los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (BNE) muestran que, si bien la tasa de inflación general aumentó al 34,19% en julio de 2024, la tasa de inflación del sector educativo en realidad cayó al 16,9%.
Se trata de una caída con respecto al pico del 21,4% registrado en septiembre de 2023. Sin embargo, para muchos nigerianos, estas estadísticas no reflejan su realidad.
A medida que se acerca el nuevo período escolar, los padres enfrentan aumentos significativos en las tasas escolares, lo que crea una desconexión entre las cifras oficiales de inflación y las presiones de costos reales que experimentan los hogares.
Ya no puedo permitirme esto
El impacto de estos costos crecientes es palpable para muchas familias. Udeagu, que tiene dos hijos en escuelas secundarias y primarias, describe la situación como angustiosa.
“La diferencia entre lo que pagué el semestre pasado y lo que pagué ahora es otra cosa” Dijo Udeagu. “Para mi hijo mayor, que está comenzando la escuela secundaria, las matrículas han aumentado de 700.000 naira a 1,2 millones de naira. Incluso a mi hijo en la escuela primaria se le han duplicado las matrículas, de 200.000 naira a 400.000 naira”.
Este aumento de las matrículas escolares es una respuesta directa a desafíos económicos más amplios en Nigeria. Las escuelas se han visto obligadas a ajustar sus tarifas para cubrir los crecientes costos operativos, incluidos los crecientes precios de los materiales y los salarios más altos del personal.
Lamentablemente, estos ajustes no han ido acompañados de un aumento correspondiente en los ingresos familiares, lo que ha generado importantes tensiones financieras para padres como Udeagu.
Para sobrellevar la situación, ha tenido que hacer cambios severos en su estilo de vida. “En mi casa no hay ostentación. Hemos dejado de gastar en placeres innecesarios como ver películas. Mis hijos ahora usan computadoras portátiles para estudiar en lugar de mirar televisión. Estamos recortando todo para poder costear su educación”, explicó.
La situación se complica aún más por lo que algunos padres perciben como insensibilidad por parte de las instituciones educativas. Udeagu criticó la decisión de la escuela de sus hijos de actualizar sus campus a una “marca premium”, lo que, según él, contribuyó al dramático aumento de las tarifas.
“Añadieron 300.000 naira a las tarifas de la llamada actualización. Esto era completamente innecesario, especialmente en un momento en el que muchas familias están pasando apuros. Podrían haber ampliado las instalaciones o haber hecho ajustes menores”, dijo.
Otros padres comparten frustraciones similares. La señora Rose Ofor, cuyo hijo está en la escuela secundaria, dijo: “La tarifa por mi hijo aumentó de 600.000 naira a 970.000 naira. Los sacaré de la escuela porque no puedo pagarlo. No porque no pueda pagarlo, sino porque tengo otros niños y otras cosas que atender. Es mejor que vayan a una escuela donde el salario sea más fácil para mí, sin cargas ni estrés”.
El clima económico más amplio en Nigeria, caracterizado por el aumento vertiginoso de los precios de los alimentos y la inflación, ha intensificado la lucha por las familias.
Según la profesora Flora Ikpeazu, el aumento de los costes no sólo afecta a los padres, sino también a las propias escuelas.
“La inflación realmente ha afectado al sistema educativo porque algunos padres que sabemos que son acomodados ahora están pensando en ir a otro lugar donde puedan obtener tasas escolares más baratas”. dijo Ikpeazu.
Destacó también el impacto en los materiales educativos, señalando que el costo de los libros de texto y los uniformes ha aumentado considerablemente.
“Por ejemplo, la sesión de la guardería solía pagar 35.000 naira por los libros de texto para toda la sesión, pero ahora pagan 50.000 naira. Para la primaria, antes pagaban 45.000 naira, pero ahora son 70.000 naira”. ella explicó.
El aumento de las tasas escolares no es un hecho aislado; es parte de un desafío económico más amplio. La eliminación del subsidio al combustible a principios de este año no ha hecho más que empeorar la situación. “Por favor, lo que yo diría es que la gente en el gobierno, quitar ese subsidio al combustible tan pronto como entraron fue algo muy malo por su parte”. añadió Ikpeazu. “Los precios del combustible son el mayor problema. Está afectando el transporte y otras cosas. Si pueden hacer algo al respecto, sería de gran ayuda”.
Qué significa esto
Es probable que continúen las presiones financieras sobre las familias nigerianas, especialmente porque la inflación sigue alta y los salarios estancados. Para muchos padres, el costo de la educación es cada vez más inasequible, lo que los obliga a tomar decisiones difíciles, como retirar a sus hijos de escuelas que ya no pueden pagar.
Esta situación refuerza la necesidad urgente de soluciones sistémicas para aliviar la carga financiera de los padres y garantizar que los niños puedan acceder a una educación de calidad sin ejercer una presión indebida sobre las finanzas del hogar.
El apoyo de la comunidad y la intervención gubernamental son más críticos que nunca. Si bien varias organizaciones y grupos locales están interviniendo para ayudar, estos esfuerzos a menudo son insuficientes para abordar el alcance total del problema.
Mientras Nigeria continúa enfrentando turbulencias económicas, la lucha para gestionar el aumento de las matrículas escolares sigue siendo una preocupación importante para muchas familias, lo que pone de relieve la necesidad de medidas más receptivas y equitativas para apoyar la educación en el país.








