Un equipo científico liderado por la investigadora portuguesa Maria José Diógenes confirmó en experimentos con ratones el potencial terapéutico de un nuevo compuesto químico contra la enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia que afecta a la memoria y el lenguaje.
“Este compuesto es completamente innovador, ya que tiene un mecanismo de acción completamente diferente al de otros compuestos y medicamentos estudiados para la enfermedad de Alzheimer”, dijo a la agencia Lusa. Maria José Diógenes, neurofarmacologista del Instituto de Farmacología y Neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa.
Probado en ratones que imitan la enfermedad de Alzheimer, el compuesto de aminoácidos que el grupo de investigación creó en el laboratorio y denominó TAT-TrkB “evitó la pérdida de memoria y aprendizaje sin demostrar efectos secundarios”.
“A nivel molecular se pudo observar la ausencia de cambios que habitualmente se encuentran en el cerebro de los pacientes con Alzheimer”, añadió María José Diógenes este viernes, víspera del Día Mundial de las Personas con Alzheimer, que se celebra anualmente en el 21 de septiembre.
El trabajo de investigación, descrito en un artículo publicado recientemente en la revista especializada Terapia molecular y firmado por un equipo internacional de científicos, había sido distinguido en 2021 por la Misericordia de Lisboa con uno de los Premios Santa Casa de Neurociencia.
En su momento, en declaraciones a Lusa, la investigadora y profesora María José Diógenes dijo que se proponía “confirmar el potencial terapéutico de un compuesto” creado por un vasto equipo de investigación en un estudio anterior.
El compuesto fue diseñado “para proteger los efectos neuroprotectores de una molécula muy importante para el cerebro, el BDNF” – el acrónimo en inglés de “factor neurotrófico derivado del cerebro”. Esta molécula “Es crucial para los procesos de memoria y aprendizaje”, pero su función se ve reducida en los pacientes de Alzheimer, porque “se destruye el lugar donde se une la molécula para ejercer su efecto”.
“Durante muchas décadas, investigadores de todo el mundo se han dedicado a estudiar formas de aumentar el BDNF. Sin embargo, no se dedicaron a estudiar la cerradura, el receptor”, explica ahora a Lusa el investigador portugués, destacando que el nuevo compuesto, TAT-TrkB, “previene el escote“ del receptor de la molécula, denominado TrkB-FL.
“Para que el BDNF ejerza sus efectos, debe activar el receptor TrkB-FL. Es como si el BDNF fuera una llave y el receptor, la cerradura. Para que la llave pueda abrir la puerta, la cerradura debe estar intacta”, explicó.
En la enfermedad de Alzheimer, la cerradura (el receptor TRKB-FL) se rompe y “la rotura del receptor da como resultado dos fragmentos”. Ahora bien, uno de estos fragmentos “tiene la capacidad, por sí solo, de promover la alteración de la memoria y alterar el funcionamiento de los genes”, explicó el investigador.
el equipo de María José Diógenes. Anteriormente había analizado muestras recogidas en autopsias de cerebros de pacientes con Alzheimer y realizado estudios sobre neuronas y modelos animales. Después de ese trabajo, el equipo probó la eficacia y toxicidad del compuesto en cultivos celulares, cortes de cerebro y terminales sinápticas de roedores muertos y en roedores vivos que imitan la enfermedad de Alzheimer (versus animales sanos).
Para comprender las diferencias, los científicos administraron un placebo tanto a ratones enfermos como sanos.
¿Qué pasa con los ensayos en humanos?
El equipo de María José Diógenes descubrió que, administrado a roedores que reproducían la enfermedad de Alzheimer, el nuevo compuesto químico “recupera las acciones” de la molécula BDNF en el cerebro, “al impedir la escisión del receptor TrkB-FL”, y “evita la formación de un fragmento tóxico que tiene el potencial de propagar la enfermedad“.
Además, la nueva sustancia “disminuye los niveles de tau hiperfosforilada, un péptido [composto de aminoácidos] que se acumula en el cerebro de los pacientes con Alzheimer y se cree que es una de las causas de la enfermedad“y “previene la pérdida de espinas dendríticas, estructuras que permiten que las neuronas se comuniquen entre sí y son esenciales para la formación de la memoria“.
Todas ellas acciones que, según el investigador, “dan como resultado mejorar la memoria y el aprendizaje de los ratones modelo con Alzheimer de una forma muy robusta y sin la aparición de efectos secundarios”.
Hasta que el nuevo compuesto sea probado en humanos, María José Diógenes y el resto del equipo “trabajarán en mejorar las vías y formas de administración” de la sustancia. “También estamos estudiando otros compuestos con una estructura química diferente para maximizar la probabilidad de que un compuesto con este mecanismo de acción se incluya en ensayos clínicos”, dijo a Lusa.