Precisamente porque al frente del tercer partido más votado tenemos a un demagogo que inflama las opiniones para garantizar aperturas informativas. Precisamente porque todo el mundo es temeroso y exaltado, es esencial que el periodismo mantenga la cabeza fría. Y mantener la cabeza fría significa esto: darse cuenta de que el trabajo de un periodista no es arreglar el mundo; no ayuda al triunfo del bien sobre el mal; No se trata de ponerse resortes en la nariz cada vez que hueles olores desagradables; No se trata de enseñar a los portugueses por quién votar: el trabajo del periodista es justo y único informar lo que sucede con objetividad y rigor, basándose en hechos, hechos y más hechos.
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