¿Realmente necesitamos tantos turistas?
Italia, España y Grecia luchan desde hace años contra el exceso de turismo, que ha provocado la desintegración de las ciudades, una inflación brutal y la desesperación de los propios habitantes, expulsados de sus vidas y hogares por un abrumador comercialismo de bajo nivel. ¿Vale la pena teniendo en cuenta los supuestos beneficios que aporta el turismo?
en el libro GRAMOrEspíritu Hotel Europaque recomiendo, un funcionario del Ayuntamiento de Ámsterdam calcula que el turismo aporta a la ciudad unos 64 millones de euros al año, pero, por otro lado, el aumento del gasto en limpieza municipal, la sobrecarga de los servicios sanitarios y policiales, la reparación de daños, entre otros, asciende a 71 millones, además de los daños causados por el traslado de habitantes a la periferia.
Se discute un nuevo aeropuerto, con costos astronómicos, para que millones de turistas más nos visiten y destruyan lo que aún existe, bajo el lema de que “el progreso es inevitable”; ¿No sería más productivo invertir en la modernización de nuestro sistema político y judicial y en reducir la burocracia administrativa, promoviendo así nuestro desarrollo real? Con tantos ejemplos europeos, ¿no deberíamos detenernos a pensar qué queremos para nuestro país?
Isabel Ribeiro, Lisboa
NHS y médicos
La falta de médicos en el Servicio Nacional de Salud (SNS) es uno de los temas más discutidos en los medios y en toda la sociedad civil, y de la discusión emergen las más diversas soluciones. Fueron necesarios muchos años para estar en desacuerdo con todas las propuestas inviables. Pero finalmente logré escuchar uno que les comparto, es el que propongo en mis reflexiones con amigos.
Miguel Sousa Tavares dijo, en su programa de televisión, que los médicos formados en universidades públicas deberían permanecer en el SNS, por un período en el que el Estado sería reembolsado por los costos de su formación. Es una idea que yo también apoyo y, como es de público conocimiento, el sistema ya existe en la Fuerza Aérea, en la formación de sus pilotos.
Sabiendo que la formación de un médico tiene uno de los mayores costes para las arcas públicas, no es justo que, tras su formación, quienes invirtieron en él le abandonen. El sector privado se beneficia de una mano de obra gratuita en su formación. También sabemos lo imposible que es para el Estado mantenerse al día con los salarios de los particulares. Porque quienes pagan en las instituciones privadas son los propios clientes, mientras que el Estado está bajo las reglas de un presupuesto sostenido por los contribuyentes.
Vítor Santos, Charneca de Caparica
Los incendios en Madeira
Conozco bien Madeira, viví allí durante más de siete años y la mitad de ese tiempo como administrador forestal de Funchal y Porto Santo. Comienzo mencionando que es lamentable que el Gobierno de la República no haya proporcionado más recursos aéreos, de manera temporal y oportuna, para esa región autónoma.
Conozco bien las montañas de la isla y en los años que viví allí nunca hubo un incendio forestal de esta magnitud -y aquí vengo con la misma retórica de siempre: hubo esa retícula de casas de guardabosques y tres o cuatro incendios que se sucedieron-. mientras hacía el servicio, uno incluso en Pico Ruivo, al que era de difícil acceso, pero no fueron más allá. Tan pronto como había una columna de humo, siempre había una estación de guardabosques que podía verla y el fuego se detenía antes de que creciera. Digan lo que quieran decir, esta es la verdadera razón de las dimensiones que alcanzan los incendios incontrolados en Madeira y el continente.
Espero que el incendio no afecte gravemente a las zonas de laurisilva, declaradas Patrimonio de la Humanidad, ya que entonces la catástrofe será de dimensiones aún más graves. No entiendo por qué las comunidades autónomas tuvieron que cometer el mismo disparate que la península, al eliminar a los guardabosques; una región montañosa como esa hermosa isla no debería prescindir de esta medida de defensa y gestión de su bosque, que era la establecimiento de puestos de guardia forestal en el territorio.
Fernando Santos Pessoa, Faro
Sube el precio del agua salada
La autorregulación de los precios basada en la relación entre oferta y demanda ha incrementado los costes vacacionales en lugares con una alta concentración de turistas como el Algarve. Es posible que veamos cambios en los destinos, evitando subidas de precios o cambiando hábitos, como ya está sucediendo con las aglomeraciones en bares, restaurantes y hoteles. A pesar de estas fluctuaciones a lo largo de las décadas, esta región sigue siendo privilegiada en términos de inversión y demanda, lo que constituye una fuente sustancial de recaudaciones nacionales y municipales. Sin embargo, hay indicadores que revelan un déficit en la aplicación de estos valores, a saber: mal mantenimiento de las carreteras, infraestructura sanitaria casi inexistente cerca de las playas, acumulación de residuos, vida nocturna poco variada. En un sistema que funciona bien, no cambia, dirán. Sin embargo, la calidad se erosiona de forma apenas perceptible pero constante.
José M. Carvalho, Chaves