El crecimiento está impulsado por la apreciación cultural y nostálgica de estos vehículos, además de su potencial de inversión.
El mercado mundial de automóviles clásicos está en auge, lo que refleja el creciente interés de coleccionistas e inversores. Según estimaciones de Investigación de credibilidadse espera que el sector registre un crecimiento anual compuesto (CAGR) del 8,7% hasta 2028, alcanzando un valor de 51.300 millones de dólares. Este aumento está impulsado por la apreciación cultural y nostálgica de estos vehículos, además de su potencial de inversión.
Los coches clásicos, definidos como vehículos de más de 20 o 30 años, se han convertido en auténticas obras de arte sobre ruedas, atrayendo a coleccionistas, inversores y museos. La apreciación económica de modelos como el Ferrari 250 GTO de los años 60, que ya se vendió por más de 70 millones de dólares en subastas, ejemplifica lo lucrativo que puede ser el mercado.
En Brasil, el mercado de automóviles clásicos sigue el ritmo de expansión global. Recientemente, el gerente Azimut Brasil anunció el lanzamiento de un fondo de inversión especializado en coches clásicos de lujo. Según Wilson Barcellos, director general de Azimut, el sector está creciendo al doble del PIB y la búsqueda de estos vehículos de alto valor histórico ha atraído a un público cada vez más interesado en diversificar sus inversiones.
Otro punto destacado en Brasil es el exportar de coches antiguos, lo que ha llamado la atención del mercado internacional. Los automóviles brasileños de marcas como Volkswagen, Ford, Chevrolet y Fiat son muy valorados en el exterior, especialmente en Europa. Además de su rica historia automotriz, muchos de estos vehículos se encuentran en excelentes condiciones restauradas, lo que facilita su apreciación en mercados exigentes.
No es casualidad que profesionales como Roberto Crestani, especialista en martillos de oro desde hace casi 30 años, sean cada vez más solicitados. Crestani, propietario de Beto Martelinho de Ouro en Florianópolis, y autor del libro “Martillo de Oro – Técnicas y Trucos”, es un referente a la hora de restaurar coches clásicos. “El pequeño martillo permite eliminar la abolladura sin tener que cambiar la pieza ni alterar la pintura original”, explica. Su técnica artesanal es especialmente valorada entre los coleccionistas de coches antiguos, que buscan preservar al máximo la integridad de sus vehículos.
Crestani ya ha restaurado modelos icónicos como el Mustang de 1967, el Opala de 1974 y el Beetle de 1953, y sus habilidades lo llevaron a trabajar en varios países europeos, como España, donde impartió cursos sobre la técnica del martillo dorado. “Estos coches suelen sufrir daños menores en los talleres, que pueden ser reparados con un martillo, manteniendo la originalidad de los vehículos”, añade el especialista.
Según el Mercados y Mercadosse espera que el mercado mundial de restauración de automóviles, que incluye modelos clásicos, crezca un 11,2% anual hasta 2030, alcanzando un valor de 5.500 millones de dólares.