MANILA, Filipinas — Miles de personas fueron evacuadas a la fuerza el lunes de 2.500 aldeas en el norte de Filipinas mientras otro tifón amenazaba la región ya devastada por inundaciones y deslizamientos de tierra de tres tormentas en menos de un mes.
Se pronosticaba que el tifón Toraji azotaría la región montañosa de Luzón, donde el presidente Ferdinand Marcos Jr., justo el día anterior, inspeccionó los daños. de la última tormenta y dirigió la distribución de paquetes de alimentos a los residentes. Marcos no asistió al Foro de Cooperación Asia-Pacífico de esta semana en Perú para supervisar los esfuerzos de recuperación de tormentas consecutivas.
El veloz Toraji se encontraba el lunes por la mañana a unos 100 kilómetros (62 millas) al este de la ciudad de Casiguran, en la provincia nororiental de Aurora, con vientos sostenidos de hasta 130 kilómetros (81 millas) por hora y ráfagas de hasta 180 kilómetros por hora (112 mph). Se espera que avance hacia el noroeste a través de Luzón, se debilite al cruzar una cadena montañosa y luego sople hacia el Mar de China Meridional.
El secretario del Interior, Jonvic Remulla, ordenó el domingo la evacuación forzosa de personas en 2.500 aldeas que se esperaba que fueran azotadas por Toraji, localmente llamado Nika, advirtiendo que las montañas, valles y llanuras de Luzón empapados de lluvia eran más susceptibles a inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra. Dado que el tifón se acerca rápidamente, hay poco tiempo para trasladar a un gran número de personas a un lugar seguro, dijo.
“Entendemos si algunos quieren quedarse, pero tenemos que sacarlos”, dijo Remulla a los periodistas.
Los dos últimos tifones y una tormenta tropical causaron más de 160 muertes, dañaron miles de casas y tierras de cultivo y afectaron a más de 9 millones de personas, incluidos cientos de miles que huyeron a refugios de emergencia, después de dejar caer entre uno y dos meses de lluvia en sólo 24 horas en algunas ciudades y pueblos.
Abrumada, Filipinas recibió ayuda de países del sudeste asiático liderados por Singapur, junto con Estados Unidos, aliado desde hace mucho tiempo, para transportar alimentos, agua y otra ayuda a las provincias del norte más afectadas.
El archipiélago filipino suele ser azotado por tifones y terremotos y tiene más de una docena de volcanes activos, lo que lo convierte en uno de los países más propensos a sufrir desastres naturales del mundo.
En 2013, Tifón Haiyan, uno de los ciclones tropicales más fuertes registrados, dejó más de 7.300 personas muertas o desaparecidas, arrasó pueblos enteros y provocó que barcos encallaran y se estrellaran contra casas en el centro de Filipinas.
