En 2023, los jóvenes portugueses abandonaron el hogar paterno con 29,1 años, un ligero descenso respecto al año anterior, cuando la edad se fijó en 30,2 años, pero aún superior a la media europea de 26,3 años.
Las cifras son de Eurostat, que publica cada año la edad a la que los europeos se emancipan y, en esta edición, concluye que todo es más o menos igual: la cifra bajó de 26,4 en 2022 a 26,3 en 2023. En 2019, antes La pandemia de covid-19 había alcanzado su valor más bajo, 26,2 años.
Es en Croacia donde los jóvenes salen más tarde, con 31,8 años, seguida de Eslovaquia, con 31, Grecia, con 30,6 y España, con 30,4. En cambio, son los nórdicos quienes pasan menos tiempo en casa de sus padres: en Finlandia lo hacen a los 21,4 años y en Suecia y Dinamarca a los 21,8. Le sigue Estonia, con una nota de 22,8.
El año pasado, también fue en Croacia, Eslovaquia y Grecia donde los jóvenes tardaron más en moverse. Las edades, respectivamente: 33,4, 30,8 y 30,7. Esta tendencia, en ambos extremos de la tabla, pone de relieve “las diferentes prácticas en materia de convivencia generacional en los países europeos”, señala Eurostat.
Los datos de Eurostat enviados a P3 se recopilan de la Encuesta de población activa de la UE. La edad promedio a la que los jóvenes abandonan el hogar de sus padres es una aproximación basada en si los encuestados viven o no en el mismo hogar que sus padres. La edad media a la que los jóvenes abandonan el hogar de sus padres en Portugal
En Portugal, la edad ha ido aumentando con los años. En 2014 se situó en 28,8 y, desde entonces, sólo se ha revertido este crecimiento en 2018, cuando pasó de 29,2 a 28,9 años. Fue en 2021 cuando alcanzó la cifra más alta, 33,5, habiendo sido, ese año, el país de la Unión Europea en el que los jóvenes abandonaron más tarde su hogar. Actualmente es séptimo.
Eurostat también informa que, en 2023, el 10,1% de los jóvenes de entre 15 y 29 años vivían en viviendas que representaban “el 40% o más de sus ingresos”.
Otra tendencia, que se ha mantenido a lo largo de los años, es la diferencia en función del género: en todos los países analizados, los hombres tienden a abandonar el hogar de sus padres más tarde que las mujeres. En Portugal, los hombres salieron con 29,8 y las mujeres con 28,4. En la Unión Europea, las medias se sitúan en 27,2 y 25,4, respectivamente.
La socióloga Diana Carvalho señaló a P3, a propósito de este mismo estudio de 2022, algunas razones de esa diferencia según el género. El hecho de que las mujeres estén más cualificadas, tengan mayor éxito académico y, por tanto, estén cualificadas antes, significa que alcanzan antes la autonomía.
Además, se casan y se casan a una edad más temprana que los hombres, y abandonar el hogar de sus padres es una forma de evitar el control parental, que las mujeres también sienten más fuertemente. A esto se suma su mayor preparación para realizar las tareas domésticas, como resultado de la diferente socialización de género dentro del hogar.
¿Dejar la casa de tus padres por una casa superpoblada?
Otro dato que también reporta Eurostat es la forma de vida de los jóvenes europeos. En 2023, el 26% de las personas de 15 a 19 años vivían en hogares hacinados. 9,2 puntos porcentuales más respecto al resto de la población (16,8%).
Esta brecha se sintió especialmente en Bulgaria (más 20,4 puntos porcentuales), Rumania (más 19,4) y Grecia (más 18,5). Las diferencias más bajas se registraron en Irlanda (sólo 0,5 puntos porcentuales), Malta (1,5) y Chipre (1,8). En Portugal, el 22,1% de los jóvenes viven en hogares hacinados, 9,2 puntos porcentuales más que la población general (12,9%).
La Encuesta de Condiciones de Vida e Ingresos del Instituto Nacional de Estadística (INE) ya había tenido en cuenta esta realidad. En 2023, este fue el porcentaje indicado en el estudio, un aumento de 3,5 puntos porcentuales respecto al año anterior. El indicador se mide por la proporción de personas que viven en alojamientos en los que el número de habitaciones habitables era insuficiente para el número y el perfil demográfico de los miembros del hogar.