El colegio de medicina general y familiar de la especialidad de la Orden de Médicos (OM) no vio con agrado que representantes de enfermeras especialistas en salud materna y obstétrica afirmaran que los médicos de familia no tienen sensibilidad en el área obstétrica y recalcaron “repudiar vehementemente ” esta “insinuación”. En un comunicado, el colegio que preside Paula Broeiro recuerda que los especialistas en medicina general y de familia están “altamente cualificados y con una formación rigurosa” y han garantizado, a lo largo de los años, “un seguimiento continuo en todas las etapas del embarazo, incluido el diagnóstico y la orientación en más situaciones complejas”.
Representantes de enfermeras especializadas en salud materna y obstétrica defienden desde hace años una ampliación de sus funciones en este ámbito, en particular en el seguimiento de las mujeres embarazadas de bajo riesgo, y consideran que ahora existe una oportunidad de hacer valer sus argumentos, incluso teniendo en cuenta los problemas – que se han vuelto más pronunciados y visibles en el verano – en los servicios de emergencia de ginecología-obstetricia, algunos de los cuales cierran intermitentemente por falta de médicos suficientes para completar los turnos.
Pero la facultad de medicina general y de familia de la Orden de Médicos (OM) no se mostró contenta al ver que se cuestionaba la preparación de los médicos de familia para el seguimiento de las mujeres embarazadas. Considerando “inadmisible sugerir un retroceso en la organización de la asistencia sanitaria, devaluando la competencia de los médicos de familia”, advierten que no aceptarán “manipulación” de sus competencias y responsabilidades.
“Desde 1980, los médicos de familia realizan el seguimiento del embarazo en unidades de coordinación funcional y en trabajo en equipo”, recuerda la presidenta de la facultad de especialidad, Paula Broeiro, que trabaja en una unidad de atención personalizada de Olivais, donde realiza el seguimiento de las embarazadas “siempre en equipo”. con enfermeras especialistas”.
“Hablar entre nosotros”
“Sólo protestamos porque dijeron que no tenemos sensibilidad en este ámbito. No falta sensibilidad. Hay escasez de médicos y también de enfermeras. Lo que tenemos que hacer es hablar entre nosotros y encontrar una solución para la población. Necesitamos cambiar muchas cosas, pero no debemos cambiar lo que es bueno”, argumenta el médico, que admite que la solución a la crisis en las urgencias de ginecobstetricia “quizás tenga que pasar por concentrar recursos”. creativos en estos tiempos de crisis y trabajar juntos. Y el corporativismo tiene que quedar de lado”, propone.
Sin querer entrar en conflicto con los médicos, “que son imprescindibles”, la presidenta del consejo directivo de la Escuela de Especialidades en Enfermería Materno-Obstétrica, Alexandrina Cardoso, coincide en que la prioridad “es crear una lógica de trabajo en equipo”, pero defiende una vez más que el debate “tiene que centrarse en las necesidades de las personas, no en las de los profesionales”.
“Estamos en otra época. Hoy en día, los profesionales de la salud están altamente cualificados y pueden asumir plenamente sus competencias, que, en este caso, van más allá del seguimiento del embarazo. Hay mucho trabajo que las enfermeras especialistas pueden hacer, como ayudar a las mujeres a adaptarse al embarazo, definir su plan de parto, comparar diferentes opciones y prepararse para el parto. Y también pueden acompañarlas en el posparto, que es una fase en la que muchas veces las mujeres son abandonadas”, sostiene. “Lo que es inaceptable es que haya servicios cerrados por falta de médicos. Tenemos que parar, sentarnos y ver cuántos profesionales hacen falta y para qué”, resume.
La presidenta de la Asociación del Sindicato Portugués de Enfermeras, Lúcia Leite, enfermera especializada en salud materna y obstétrica, repite que es necesario “insistir en la necesidad de cambiar la organización de los cuidados” en este ámbito y que esto es “algo que la Orden de los Médicos siempre se ha opuesto” a lo largo de los años. Y vuelve a sostener que la situación actual es una oportunidad para que las enfermeras expliquen lo que está en juego aquí y hagan valer sus argumentos.








