Fueron años y años de cientos de ciclistas, con sus jeeps y motos todoterreno, recorriendo el desierto de Atacama, en Chile, tanto por su terreno apto para las carreras como por sus impresionantes paisajes. Sin embargo, hace 3000 años, los antiguos nativos de esa región crearon geoglifos en ese mismo lugar. Hoy en día son casi imperceptibles debido a las marcas de los neumáticos, informa el periódico El País.
Animales, seres humanos y otros objetos, para señalar fuentes de agua, por ejemplo, o como mera expresión artística, decoraban las laderas del desierto de Atacama, uno de los lugares más secos de la Tierra. El complejo Alto Barranco, en Taparacá, fue uno de los ejemplos más conocidos de estas creaciones de los pueblos que habitaron el Chile actual.
En estos lugares se celebran carreras legales e ilegales desde hace mucho tiempo, pero también pasan camiones mineros. Pero sólo ahora es visible la gravedad de los daños causados. Gonzálo Pimentel, arqueólogo y presidente de Fundacíon Desierto de Atacamaha confirmado ahora lo inevitable. “Cuando vimos las imágenes del dron no queríamos creerlo. El daño es irreversible”, dijo. Los New York Times.
Pimentel también confirmó que la zona que suelen llamar “el libro de historia del desierto” se mantiene con el mismo paisaje desde hace 25 millones de años, debido a la falta de lluvias y a las condiciones áridas que provocan la ausencia casi total de vida vegetal y animal. Fueron estas condiciones las que permitieron que las obras se conservaran durante 3000 años. “Al igual que los geoglifos, las huellas de los vehículos ahora quedarán allí”, explicó.
Luis Pérez Reyes, director del Museo Regional de Iquique, comenzó a presentar denuncias formales en 2017. En las cercanías se colocaron carteles de advertencia, “imposible de ignorar”, según Marcela Sepúlveda, presidenta de la Sociedad Chilena de Arqueología. Las carreras que allí se desarrollaban ahora eran monitoreadas con sistemas GPS para que los pilotos pudieran mantenerse alejados de los geoglifos. Pero los conductores de motos alquiladas continuaron pasando por la zona.
Incluso con medidas preventivas, los daños siguieron apareciendo. Pérez Reyes denunció la realización de una carrera en 2022 que, según dijo al diario norteamericano, pasó por áreas protegidas. La carrera tuvo lugar y todos se salieron con la suya.
El Gobierno chileno ya acordó reunir a expertos para desarrollar estrategias para proteger el área y crear conciencia entre los pilotos. Aún así, Pérez Reyes acusa a las autoridades de “tomar siempre acciones reactivas y no preventivas”.
Dañar sitios arqueológicos en Chile puede conllevar más de cinco años de prisión y multas de más de 16.000 euros. Sin embargo, el tamaño del desierto dificulta atrapar a alguien con las manos en la masa, ni hay condiciones para identificar rostros o matrículas.
Los geoglifos se crean extrayendo material de la superficie que contrasta con los colores de las dunas y montañas para crear figuras. En Chile son considerados monumentos arqueológicos y patrimonio público.