Este sábado, en todo el mundo, venezolanos se unieron en protesta contra los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio, que según el Consejo Nacional Electoral dieron la victoria a Nicolás Maduro. Un resultado que desde entonces ha sido impugnado por la oposición, encabezada por María Corina Machado, sus partidarios e incluso el comunidad internacional.
En Venezuela, miles de personas salieron a las calles en varias ciudades para exigir el reconocimiento de lo que dicen fue la contundente victoria del candidato opositor, Edmundo González. En Caracas, a bordo de un camión, en medio de un mar de gente, Corina Machado exigió una verificación independiente e internacional de las elecciones y llamó a sus seguidores a permanecer en las calles. “No hay nada por encima de la voz del pueblo y el pueblo ha hablado”, afirmó.
Es porque quiere un futuro mejor que José Aguilar, un estudiante de Teología de 21 años, apoya a la oposición, dijo a Reuters en Caracas. “Sabemos que con este Gobierno no hay posibilidades de crecimiento. Ya me he visto intentando salir del país”.
Las protestas se extendieron a ciudades de todo el país. “Ya hemos pasado por lo peor, ya no tenemos miedo”, dijo Noraima Rodrigues, de 52 años, de Maracaibo, en el noroeste. “Mi hija murió porque no había material médico en el hospital universitario. No tengo nada que perder, pero quiero un futuro para mis nietos”.
Pero la diáspora venezolana respondió al desafío más allá de sus fronteras. De Bogotá a Madrid, de Funchal a Ciudad de México, donde mil personas se reunieron en la Plaza de la Revolución. “Este es el momento de una Venezuela libre”, dijo Jesús Mata, de 30 años, un vendedor ambulante que vive en México desde hace dos años.
La crisis política que dura tres semanas está dejando al país en un callejón sin salida. Miles de personas ya han sido detenidas en protestas y al menos 23 han muerto. Este viernes, 22 países, entre ellos Portugal, pidieron una verificación imparcial de los resultados, en momentos en que líderes mundiales, como Lula da Silva, proponen una nueva ley electoral como salida.
