Se está ampliando una flota “fantasma” de petroleros con los que Rusia transporta el 70% de su crudo a los mercados internacionales, sorteando las sanciones occidentales promulgadas tras la invasión de Ucrania. noticia el periódico británico el guardián.
En sólo un año, el volumen de barriles transportados por estos petroleros -barcos sin seguro y, por regla general, en mal estado- se duplicó. En el mes de junio se transportaron 4,1 millones de barriles diarios, según un informe publicado este lunes por la Escuela de Economía de Kiev (EEK). Según la institución ucraniana, esta característica redujo significativamente el impacto de las sanciones internacionales en la economía rusa.
En diciembre de 2022, decenas de países implementaron sanciones para restringir la exportación de barriles de petróleo ruso. El transporte de este recurso dependía en gran medida de los petroleros occidentales. Las conclusiones más recientes reflejan las dificultades que experimentan los países aliados de Ucrania para garantizar el cumplimiento de las sanciones.
La creación de esta “flota de petroleros fantasma” es la respuesta de Rusia a las sanciones: el Kremlin contrata armadores que operan al margen de la legalidad. Los datos de EEK muestran que Rusia ha invertido alrededor de diez mil millones de dólares (unos 9,17 mil millones de euros) desde principios de 2022 en esta flota. Se estima que en este sistema de transporte ilegal participan 630 petroleros, algunos de los cuales tienen más de 20 años.
Además del petróleo ruso, esta flota ilegal también transportaba mercancías del régimen iraní sujetas a sanciones. El mes pasado, el periódico informó el guardiánEl Gobierno británico anunció sanciones contra diez barcos que transportan petróleo ruso. Se sospecha que estos buques son el centro de toda la operación.
El hecho de que los barcos operen sin seguro es otra preocupación destacada por EEK. El riesgo de una catástrofe medioambiental en aguas europeas es uno de los riesgos mencionados en este análisis, ya que esta flota utiliza rutas internacionales muy transitadas, como el Mar Báltico y el Estrecho de Gibraltar, aumentando el riesgo de accidentes y los consiguientes daños medioambientales.