el barco kathrinque transporta material explosivo con destino a Israel, entre otros países, pidió la retirada de la bandera portuguesa, una decisión “irreversible”, tras las investigaciones del Gobierno portugués sobre el caso, anunció a Lusa una fuente oficial. “El viernes, el armador solicitó formal e irreversiblemente la cancelación del registro en Madeira, solicitando por tanto la retirada del pabellón portugués”, afirmó la misma fuente.
Esta iniciativa de la empresa propietaria del barco llega “tras las investigaciones y solicitudes de aclaraciones” realizadas por el Gobierno portugués, que “siempre estuvo bajo evaluación y en consulta con el armador”. La fuente también afirmó que el ejecutivo tuvo que actuar “siempre con mucha discreción”.
Lo que está en juego es el barco. kathrinde propiedad alemana y registrada en Madeira, que transporta material explosivo destinado a fabricantes de armas en Israel, Polonia y Eslovaquia.
La misma fuente afirmó que el armador estaba respondiendo a las preguntas del ejecutivo portugués, permitiendo “actualizar y mejorar” la información sobre el material que transportaba el barco.
Este proceso tardará ahora “dos o tres días”, pero, hasta que cambie de bandera, el barco no podrá entrar en ningún puerto y tendrá que permanecer mar adentro. “No operará bajo bandera portuguesa. Este tema se acabó”, concluyó. El barco salió de Vietnam y se le impidió atracar en Namibia y Angola.
El Ministro de Estado y de Asuntos Exteriores, Paulo Rangel, deberá ser escuchado en octubre en la comisión parlamentaria de Asuntos Exteriores y Comunidades Portuguesas sobre este caso, a petición del Bloque de Izquierda, que también pidió al Ministerio Público “inspeccionar e impedir que Portugal ser acusado internacionalmente de complicidad en genocidio”.
La semana pasada, la relatora especial de Naciones Unidas para Palestina, Francesca Albanese, llamó al Gobierno a “solicitar urgentemente la retirada” de la bandera portuguesa del barco kathrin.
“Después de reconocer la plausibilidad del genocidio en Gaza, en enero de 2024, la CIJ [Tribunal Internacional de Justiça] dejó claro que todos los Estados tienen la obligación de ‘respetar y hacer respetar’ la Convención sobre el Genocidio ‘en todas las circunstancias’, y que los Estados tienen ‘obligaciones internacionales relativas a la transferencia de armas a las partes en un conflicto armado’”, señaló el relator de la ONU . Según Albanese, la imposición de un embargo de armas a Israel, “que continúa cometiendo actos de genocidio en Gaza”, es “una de esas obligaciones legales”.