Casi 7.000 atletas de 205 países se encuentran en la Villa Olímpica para los actuales Juegos de París. Si bien todos los atletas luchan por llevarse a casa medallas para sus respectivas naciones, están forjados por un parentesco que trasciende incluso los colores que visten o las banderas que representan.
En el nivel central, son atletas que pueden identificarse con los sacrificios de toda la vida y la búsqueda de la excelencia de los demás.
Aquí destacamos tres ejemplos de deportividad ejemplar que capturan el espíritu de la Olimpiada.
El arco visto en todo el mundo.
El dúo estadounidense formado por Simone Biles y Jordan Chiles tenía motivos para estar decepcionado después de no poder capturar el oro en la final femenina de gimnasia de suelo el lunes. En cambio, mostraron aprecio por la medallista de oro, la brasileña Rebeca Andrade, inclinándose ante ella en el podio.
